Entendiendo la Ansiedad y el Estrés en Nuestro Mundo Acelerado
La ansiedad y el estrés son el resultado de la vida acelerada que hemos creado. La Organización Mundial de la Salud estima que alrededor del 4,4% de la población mundial padece actualmente un trastorno de ansiedad, con cientos de millones de personas afectadas cada año. El ritmo de vida, la presión laboral y la incertidumbre sostenida activan de forma crónica los sistemas de alarma del cuerpo, lo que aumenta el riesgo de insomnio, depresión y problemas físicos si no se aprende a regularlo.
La Felicidad se Entrena
La buena noticia es que las investigaciones en psicología positiva demuestran que la felicidad no es un don, sino un conjunto de habilidades que pueden entrenarse, igual que un músculo. Investigaciones en intervenciones de psicología positiva muestran que prácticas como la gratitud, la atención plena y el trabajo con fortalezas personales reducen significativamente los síntomas de ansiedad y estrés, a la vez que aumentan el bienestar y la satisfacción con la vida.
¿Cómo Generar Emociones Positivas?
Las emociones positivas, como la alegría o la gratitud, actúan como un amortiguador: amplían los recursos mentales, mejoran la capacidad de afrontamiento y favorecen una recuperación más rápida tras la adversidad. El optimismo y las relaciones significativas, dos ejes centrales de la psicología positiva, se asocian con menor riesgo de depresión y mayor resiliencia frente a los retos cotidianos. Aprender a ser feliz implica mucho más que “pensar en positivo”: requiere entrenar emociones, cuerpo, mente y vínculos de manera integrada.
Un Curso de Felicidad
Modelos como PERMA, propuesto por Martin Seligman, muestran que la felicidad sólida se construye cultivando emociones positivas, compromiso profundo en actividades significativas, buenas relaciones, sentido y logros realistas. Ya hay cursos de felicidad que combinan psicología positiva, inteligencia afectiva, mindfulness, movimiento consciente y creatividad para ofrecer herramientas prácticas que pueden aplicarse desde la primera semana para dormir mejor, comunicarte de forma más sana y recuperar la alegría de vivir.
En este tipo de procesos en grupo se trabajan, a lo largo de varias semanas o meses, la gestión emocional, la resiliencia, la presencia, el optimismo realista y la capacidad de disfrutar del cuerpo y de los pequeños placeres cotidianos. La evidencia indica que cuando se entrenan de forma continuada estas competencias, las personas experimentan menos ansiedad, menos estrés percibido y un aumento estable del bienestar subjetivo.
Por eso, un curso de felicidad bien diseñado no es un lujo: es una inversión fundamentada en la ciencia para vivir con más calma, alegría y sentido en la vida diaria.
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